Aica, 3 Oct
2018
La Comisión Episcopal de
Educación Católica y la Comisión Con el título “Sí a la educación sexual”, las
Comisiones Episcopales de Educación Católica y de Apostolado de los Laicos y
Pastoral Familiar de la Conferencia Episcopal Argentina, se refirieron en un
comunicado al tema que se encuentra hoy “sobre la mesa del diálogo político,
social, cultural y educativo”.
Comunicado
La educación sexual se encuentra hoy sobre la mesa del
diálogo político, social, cultural y educativo en nuestra Argentina. El
reciente debate mostró que el aborto no constituye ninguna solución, sino que
es un drama humano personal y social. Hemos tomado conciencia de que hay que
comenzar por la educación sexual que integre todas las dimensiones de la
persona. Se pudo observar, además, que hay consenso de que dicha educación no
debe limitarse a “saber qué hay que hacer para que una joven no quede embarazada”,
o a conocer el cuerpo de varones y mujeres como quien meramente conoce el
funcionamiento de un dispositivo, sino que esa educación debe ser integral,
vale decir, de toda la persona: su espiritualidad, sus valores, sus emociones,
sus pensamientos, su contexto social, económico, familiar y obviamente su
cuerpo y su salud. Debe ser una educación para el amor, que incluya la
sexualidad pero que no se circunscriba solo a ella.
Una educación así es, además, un camino excelente para
prevenir el aborto, la iniciación sexual precoz, las enfermedades de
transmisión sexual, la violencia y el abuso sexual.
Estamos convencidos de que debemos dar nuevos pasos
para fortalecer la educación sexual en el ámbito intrafamiliar y escolar. A
ello nos anima el papa Francisco en Amoris Laetitia, donde afirma con claridad
“Sí a la educación sexual”(1). Se trata de una educación sexual positiva,
progresiva e interdisciplinar, como nos recuerda también la enseñanza de la
Iglesia(2). Solo una buena educación permite tomar decisiones libres y
responsables.
Muchas instituciones educativas, desde hace tiempo,
habían implementado la educación sexual pero por múltiples causas, en varias de
ellas no han emprendido esa tarea de manera sistemática. Son necesarios
proyectos transversales que incluyan la infancia y la adolescencia de nuestros
alumnos y alumnas y se extiendan a la comunidad educativa, articulando aspectos
biológicos, psicológicos, culturales, sociales, afectivos, éticos y religiosos.
La escuela pública en general y la católica en
particular, pueden apoyar la insustituible tarea y derecho que tienen los
padres a la educación sexual de sus hijos e hijas, con elementos teóricos,
científicos y pedagógicos, aprovechando el hecho de que los niños, niñas y
adolescentes pasan mucho tiempo en las instituciones educativas. Sin embargo,
es muy importante que los chicos y chicas reciban en la escuela un mensaje
coherente, alineado, complementario, respecto de aquel que reciben en el hogar.
En ese sentido, la educación sexual integral debe respetar la libertad
religiosa de las instituciones, y la libertad de conciencia, derecho sagrado e
inalienable que debe ser siempre custodiado(3).
Nuestra fe cristiana y católica ofrece una visión de
la persona humana muy valiosa, amplia e integral. Es una contribución al bien
de todos que estamos llamados a ofrecer(4). Varón y mujer son creados por Dios
con la misma dignidad y como tales realizan su vocación de ser imagen de Dios
“no sólo como personas individuales, sino asociados en pareja, como comunidad
de amor”(5). La sexualidad humana nos señala que la persona se realiza en el
don de sí misma a los demás(6) y en este contexto el erotismo aparece como
manifestación específicamente humana de la sexualidad, en él se puede encontrar
“el significado esponsalicio del cuerpo y la auténtica dignidad del don”(7).
La educación sexual, como toda verdadera educación,
debe formar los corazones y las conciencias de nuestros jóvenes en orden a un
crecimiento humano y cristiano pleno y armónico por eso reclamamos el derecho a
educar a nuestros niños, niñas y jóvenes de acuerdo al propio ideario y
convicciones éticas y religiosas, confiando en que un diálogo verdadero y
democrático nos llevará a incrementar el encuentro y la amistad social.
3 de octubre de 2018
Comisión Episcopal de Educación Católica
Comisión Episcopal de Laicos y Familia
(1) FRANCISCO, Exhortación Apostólica Postsinodal
Amoris Laetitia, 280.
(2) Concilio Vaticano II, Declaración Gravissimum
educationis, 1.
(3) Cf. Artículo 18 de la Declaración Universal de los
Derechos Humanos.
(4) Comisión Episcopal de Educación Católica de la
Conferencia Episcopal Argentina,
La Educación de la sexualidad en las escuelas, 2006,
II,5.
(5) Congregación para la Educación Católica.
Orientaciones Educativas sobre el Amor Humano. Pautas de educación sexual, 26.
(6) Cf. Gaudium Spes, 24.
(7) AL 151
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