CIUDAD DEL VATICANO,
30 de abril de 2012 –
Congregatio Pro
Doctrina Fidei
EVALUACIÓN DOCTRINAL
DE LA "LEADERSHIP CONFERENCE OF WOMEN RELIGIOUS"
I. Introducción
El contexto en el que
mejor se sitúa la actual evaluación doctrinal de la "Leadership Conference
of Women Religious" (LCWR), la conferencia de las superioras religiosas en
los Estados Unidos de América, está articulado por el Papa Juan Pablo II en la Exhortación Apostólica
Post-sinodal “Vita consecrata” de 1996. Comentando el don del carisma de la
vida religiosa en la Iglesia ,
el Papa Juan Pablo II dice: "En los fundadores y fundadoras aparece
siempre vivo el sentido de la
Iglesia , que se manifiesta en su plena participación en la
vida eclesial en todas sus dimensiones, y en la diligente obediencia a los
Pastores, especialmente al Romano Pontífice. En este contexto de amor a la Santa Iglesia ,
'columna y fundamento de la verdad' (1 Tm 3, 15), se comprenden bien… la plena
comunión eclesial en la que han participado santos y santas, fundadores y
fundadoras, en épocas muy diversas de la historia y en circunstancias a veces
harto difíciles. Son ejemplos en los que deben fijarse de continuo las personas
consagradas, para resistir a las fuerzas centrífugas y disgregadoras,
particularmente activas en nuestros días. Un aspecto distintivo de esta
comunión eclesial es la adhesión de mente y de corazón al magisterio de los
Obispos, que ha de ser vivida con lealtad y testimoniada con nitidez ante el
Pueblo de Dios por parte de todas las personas consagradas, especialmente por
aquellas comprometidas en la investigación teológica, en la enseñanza, en
publicaciones, en la catequesis y en el uso de los medios de comunicación
social. Puesto que las personas consagradas ocupan un lugar especial en la Iglesia , su actitud a este
respecto adquiere un particular relieve ante todo el Pueblo de Dios" (n.
46).
A la par que
reconocemos que esta evaluación doctrinal concierne a una conferencia concreta
de superiores mayores y, por lo tanto, no pretende juzgar la fe y la vida de
las religiosas que forman parte de las congregaciones miembros de esta
conferencia, sin embargo la evaluación revela serios problemas doctrinales que
afectan a muchas consagradas. A nivel doctrinal, esta crisis está caracterizada
por una disminución del centro cristológico fundamental y foco de la
consagración religiosa lo que lleva, a su vez, a una pérdida del “constante y
vivo sentido de la Iglesia ”
entre algunas religiosas. La actual evaluación doctrinal se plantea a raíz de
una preocupación sincera por la vida de la fe en algunos Institutos de Vida
Consagrada y Sociedades para la Vida Apostólica. Se plantea, también, desde la
convicción que el trabajo de cualquier conferencia de superiores mayores de
religiosas puede, y debe ser, un medio provechoso para afrontar la situación
actual y apoyar a la vida religiosa en su sentido más “radical”, es decir, en
la fe en la cual está radicada. Según el Derecho Canónico, las conferencias de
superiores mayores son una expresión de la colaboración entre la Santa Sede , los
Superiores Generales y las conferencias episcopales locales para apoyar a la
vida consagrada. La preocupación general de la evaluación doctrinal es, por lo
tanto, asistir a la
Conferencia de Superioras Religiosas (LCWR) de los Estados
Unidos a poner en práctica una eclesiología de comunión fundada en la fe en
Jesucristo y la Iglesia
como fundamento esencial para su importante servicio a las comunidades
religiosas y a todos los consagrados.
II. La evaluación
doctrinal
La decisión de la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) de emprender una
evaluación doctrinal de la
Conferencia de Superioras Religiosas (LCWR) fue comunicada a
la presidencia de la
Conferencia durante su encuentro con el Cardenal William
Levada en Roma, el 8 de abril de 2008. En este encuentro se indicaron las tres
principales áreas de preocupación que motivaron la decisión de la Doctrina de la Fe para iniciar la evaluación:
A) Discursos a las
Asambleas de la LCWR
– Los discursos pronunciados durante las asambleas anuales de la LCWR evidencian declaraciones
problemáticas y serios errores teológicos, incluso doctrinales. El cardenal
ofreció como ejemplo concreto pasajes de la alocución de la Hermana Laurie
Brink sobre algunos religiosas “yendo más allá de la Iglesia ” o, incluso, más
allá de Jesús. Esto es un desafío no sólo para las creencias católicas
esenciales: un rechazo como éste de la fe es también una seria fuente de
escándalo y es incompatible con la vida religiosa. Estas inaceptables
posiciones quedan sin respuesta de forma rutinaria por parte de la LCWR , la cual debería proporcionar
recursos a las congregaciones miembros para que fomenten una visión eclesial de
la vida religiosa, ayudando de este modo a corregir una visión errónea de la fe
Católica como ejercicio importante de la caridad. Algunos pueden ver en el
análisis de la Hna. Brink
una instantánea fenomenológica de la vida religiosa de hoy en día, pero los
Pastores de la Iglesia
deben ver en él también una petición de ayuda.
B) Políticas de
Desacuerdo Colectivo – El cardenal habló de este asunto refiriéndose a cartas
recibidas por la CDF
de “Equipos Directivos” de varias congregaciones, entre ellas de dirigentes de la LCWR , en las que protestaban
sobre las acciones de la
Santa Sede que conciernen la cuestión de la ordenación de las
mujeres y un enfoque pastoral correcto al ministerio de personas homosexuales,
p.ej., cartas sobre las conferencias de New Ways Ministry. Los términos de las
cartas sugieren que estas hermanas, de forma colectiva, defienden una posición
que no es acorde con las enseñanzas de la Iglesia en materia de sexualidad humana. Es un
problema serio que estos “Equipos Directivos” no proporcionen un liderazgo y
ejemplo efectivo a sus comunidades, sino que más bien se sitúen fuera del
magisterio de la Iglesia.
C) Feminismo radical
– El cardenal observó la prevalencia de ciertos temas feministas radicales
incompatibles con la fe Católica en algunos de los programas y presentaciones
respaldados por la LCWR ,
incluyendo interpretaciones teológicas que corren el riesgo de distorsionar la
fe en Jesús y su amado Padre, que envió a su Hijo para la salvación del mundo.
Es más, algunos comentarios sobre el “patriarcado” distorsionan el modo en que
Jesús ha estructurado la vida sacramental en la Iglesia ; otras incluso
socavan las doctrinas reveladas de la Santísima Trinidad ,
la divinidad de Cristo y la inspiración de las Sagradas Escrituras.
Por consiguiente, en
una carta fechada 18 de febrero de 2009, la CDF confirmó su decisión de emprender una
evaluación doctrinal de la LCWR
y nombró a Su Excelencia Mons. Leonard Blair, obispo de Toledo, como el
delegado de la CDF
para dicha evaluación. Esta decisión se debatió a fondo con la Presidencia de la LCWR durante su visita a la CDF el 22 de abril de 2009.
Durante este encuentro, el Cardenal Levada confirmó que la evaluación doctrinal
era el resultado de varios años de observación del contenido doctrinal de las
declaraciones de la LCWR
y sus conferencias anuales. La preocupación principal de la evaluación es la
doctrina de la fe que fue revelada por Dios en Jesucristo, presentada de forma
escrita y por inspiración divina en los Evangelios y transmitida por la Tradición Apostólica
bajo la guía del Magisterio de la Iglesia. Es en esta doctrina Apostólica, que el
Concilio Vaticano II enseña por completo y en detalle, que debe subyacer el
trabajo de una conferencia de superiores mayores de religiosos que, por su
naturaleza, tienen una relación canónica con la Santa Sede , y donde
muchos de sus miembros son de derecho Pontificio.
Mons. Leonard Blair
comunicó una serie de “Observaciones” doctrinales al LCWR en una carta fechada
11 de mayo de 2009, y posteriormente se reunió con la presidencia el 27 de mayo
de 2009. La presidencia del LCWR respondió a las “Observaciones” en una carta
fechada 20 de octubre de 2009. Basándose en esta respuesta y en la
correspondencia posterior entre la presidencia del LCWR y el Delegado, Mons.
Blair presentó sus conclusiones a la
CDF el 22 de diciembre de 2009.
El 25 de junio de
2010, Mons. Blair presentó más documentación sobre el contenido del “LCWR’s
Mentoring Leadership Manual”, y también sobre las organizaciones relacionadas
con la LCWR ,
concretamente “Network” y “The Resource Center for Religious Institutes”. Los
documentos revelan que, si bien la
LCWR por una parte ha llevado adelante una gran cantidad de
trabajo promoviendo temas de justicia social en armonía con la doctrina social
de la Iglesia ,
por otra no dice nada respecto al derecho a la vida desde la concepción a la
muerte natural, una cuestión que es parte del intenso debate público sobre el
aborto y la eutanasia en los Estados
Unidos. Además, temas de crucial importancia para la vida de la Iglesia y la sociedad como
la visión bíblica de la
Iglesia sobre la vida familiar y la sexualidad humana no
forman parte de la agenda de la
LCWR , en el modo como indica el magisterio de la Iglesia. Es más,
declaraciones públicas esporádicas de la LCRW que
indican desacuerdo o desafío hacia las posiciones de los Obispos, los cuales
son los auténticos maestros de fe y moral de la Iglesia , no son compatibles
con su propósito.
Toda la documentación
de la evaluación doctrinal, incluyendo las respuestas de la LCWR , fue presentada en la Sesión Ordinaria
del Cardenal y los Obispos miembros de la CDF el 12 de enero de 2011. La decisión de dicha
Sesión Ordinaria fue:
1) La actual
situación doctrinal y pastoral de la
LCRW es grave y es motivo de gran preocupación, dada la
influencia que la LCRW
ejerce en algunas congregaciones religiosas en otras partes del mundo;
2) Una vez haya
concluido la actual visita pastoral de las comunidades religiosas femeninas en
los Estados Unidos, la
Santa Sede deberá intervenir prudentemente con los pasos
necesarios para reformar la LCRW ;
3) La Congregación para la Doctrina de la Fe examinará las distintas
formas de intervención canónica a disposición para resolver los aspectos
problemáticos presentes en la
LCRW.
El Santo Padre, Papa
Benedicto XVI, en una audiencia concedida al prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe , el Cardenal William Joseph
Levada, el 14 de enero de 2011, aprobó las decisiones de la Sesión Ordinaria
de la Congregación
y ordenó su implementación. Esta acción del Santo Padre debe entenderse en
virtud del mandato dado por el Señor a Simón Pedro como la piedra sobre la cual
Él fundó su Iglesia (cfr. Lucas 22:32): “Pero yo he rogado por ti, para que no
te falte la fe. Y tú, después que hayas vuelto, confirma a tus hermanos.” Este
pasaje del Evangelio se ha aplicado desde hace tiempo al papel de los Sucesores
de Pedro como Cabeza del Colegio Apostólico de Obispos; se aplica también al
papel del Papa como Guía y Pastor de la Iglesia Universal.
Una parte del grey motivo de preocupación pastoral por parte del Papa son las
religiosas de vida apostólica que, a través de los siglos, han sido instrumento
en la construcción de la fe y la vida de la Santa Iglesia de
Dios, testimoniando el amor de Dios por la humanidad mediante muchas obras
caritativas y apostólicas.
Visto que el Informe
Final de la Visita
Apostólica de las Religiosas en los Estados Unidos ha sido ya
enviado a la Santa Sede
(diciembre de 2011), la CDF
ha decidido implementar las decisiones aprobadas por el Santo Padre,
mencionadas más arriba, como una extensión de su alcance pastoral a la Iglesia en los Estados
Unidos. Con el propósito de implementar estas decisiones, y reunida con la Congregación para los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica (CIVCSVA) y la Congregación para los
Obispos, la Congregación
para la Doctrina
de la Fe ha
decidido ejecutar el mandato para asistir en la reforma necesaria de la Conferencia de
Superioras Religiosas mediante el nombramiento de un Arzobispo Delegado que
deberá trabajar – con la asistencia de un grupo de asesores (obispos,
sacerdotes y religiosas) - con la dirección de la LCWR con el fin de alcanzar
los objetivos necesarios para tratar los problemas explicados en esta
exposición. El mandato dado al Delegado le proporciona la estructura y
flexibilidad para el delicado trabajo de dicha implementación.
Este momento parece
el más oportuno para este esfuerzo común en vista tanto de la implementación de
las recomendaciones de la reciente Visita Apostólica de las religiosas en los
Estados Unidos, como por la celebración este año del 50 aniversario del inicio
del Concilio Vaticano II, cuya visión teológica y recomendación práctica para la Vida Consagrada
puede servir como plantilla providencial para revisar y renovar la vida
religiosa en los Estados Unidos, y el mandato de la ley de la Iglesia para el trabajo de
esta conferencia de superioras mayores a la cual pertenecen la gran mayoría de
las congregaciones de religiosas en los Estados Unidos.
III. Implementación:
conclusiones de la evaluación doctrinal y mandato
1) Principales
conclusiones de la evaluación doctrinal
– Asambleas Generales
de la LCRW ,
declaraciones y documentos ocasionales.
Uno de los medios
principales a través del cual la
LCRW promociona su particular visión de la vida religiosa son
las Asambleas anuales que respalda. Durante el proceso de evaluación, Mons.
Blair, en carta del 11 de mayo de 2009, presentó a la presidencia de la LCRW un estudio y una
evaluación doctrinal tanto de palabras de presentación y declaraciones de la
presidencia como de declaraciones del Premio del Liderazgo, durante un periodo
de 10 años. Este estudio observó que las declaraciones, aunque no son discursos
teológicos académicos “per se”, sí que
tienen contenidos e implicaciones doctrinales y morales que a menudo
contradicen o ignoran la enseñanza magisterial.
En su respuesta, la
presidencia de la LCRW
mantiene que no invita deliberadamente a oradores que adoptan una postura
contraria al magisterio de la
Iglesia , “cuando éste ha sido declarado la enseñanza
autorizada”. Además, la presidencia mantiene que las afirmaciones realizadas
por los oradores pertenecen a los mismos, y no insinúan propósitos por parte de
la LCRW. Sin
embargo, visto los hechos examinados, esta respuesta es inadecuada. El Concilio
Vaticano II indica claramente que el auténtico magisterio de la Iglesia llama a la
sumisión religiosa del intelecto y la voluntad, y no se limita a dogmas
definidos o declaraciones “ex cathedra” (cfr. Lumen Gentium, 25). Por ejemplo, la LCRW expresó públicamente en
1977 su rechazo a expresar su conformidad a la enseñanza “Inter insigniores”
sobre la reserva de la ordenación sacerdotal a los hombres. Este rechazo público nunca fue
retractado. Más allá de esto, la
CDF entiende que los oradores de las conferencias o asambleas
generales no envían sus textos para que sean revisados previamente por la
presidencia de la LCRW.
Pero , como ha demostrado la evaluación, la suma de esos
discursos a lo largo de los años es un tema de seria preocupación.
Varias de las
declaraciones en las conferencias de la
LCRW presentan una visión o descripción de la vida religiosa
que no se ajusta a la fe y práctica de la Iglesia. Visto que
la dirección de la LCRW
no ha clarificado dichas declaraciones, algunos pueden deducir que dichas
posiciones están apoyadas por ella. Como entidad aprobada por la Santa Sede para la
coordinación y apoyo de las comunidades religiosas en Estados Unidos, la LCRW tiene también una
responsabilidad positiva para la promoción de la fe y para proporcionar a los
miembros de sus comunidades, y al más amplio público católico, posiciones
claras y convincentes que sostengan la visión de la Iglesia sobre la vida
religiosa.
Algunos oradores han
declarado que disentir de la doctrina de la Iglesia está justificado como ejercicio del
oficio profético. Pero esto se basa sobre una comprensión errónea de la
dinámica de la profecía en la
Iglesia : justifica la disensión posicionando la posibilidad
de divergencia entre el magisterio de la Iglesia y una intuición teológica “legítima” de
algunos fieles. La “profecía” como principio metodológico está aquí dirigida
“al” Magisterio y a los pastores de la Iglesia , mientras la verdadera profecía es una
gracia que acompaña al ejercicio de las responsabilidades de la vida cristiana
y los ministerios dentro de la
Iglesia , regulados y comprobados por la fe y la enseñanza de la Iglesia. Algunas
de las declaraciones en los eventos organizados por la LCRW perpetúan una visión
eclesiológica distorsionada, y demuestran escasa consideración del papel del
Magisterio como garante de la auténtica interpretación de la fe de la Iglesia.
El análisis de las
asambleas generales, los discursos presidenciales y los documentos
“ocasionales” revelan, por lo tanto, un doble problema. El primero consiste en
un error positivo (p.ej., declaraciones doctrinales problemáticas o refutación
formal del magisterio de la
Iglesia , observados en los discursos pronunciados en las
conferencias o asambleas generales respaldadas por la LCRW ). El segundo nivel del
problema concierne el silencio y la falta de acción por parte de la LCRW en relación a dicho
error, dada su responsabilidad en el apoyo a una visión de la vida religiosa en
armonía con la visión de la
Iglesia , promoviendo una base doctrinal sólida para la vida
religiosa. Con esta evaluación, la
CDF quiere ayudar a la LCRW para que sitúe su actividad en un contexto
más amplio de la vida religiosa en la Iglesia universal, con el fin de promover una
visión de la vida consagrada que concuerde con el magisterio de la Iglesia. En este
contexto más amplio, la CDF
observa la ausencia de iniciativas por parte de la LCRW que aspiren a promover
la acogida del magisterio de la
Iglesia , sobre todo en cuestiones difíciles como las tratadas
en la Carta
Apostólica de Juan Pablo II “Ordinatio sacerdotalis”, y en la
enseñanza de la Iglesia
sobre homosexualidad.
– El papel de la LCRW en la formación
doctrinal de superioras religiosas y formadores
El programa para
nuevas superioras y formadores de las comunidades miembros y otros recursos
proporcionados a estas comunidades es un área en la cual la LCRW tiene influencia. La
evaluación doctrinal encontró que mucho material preparado por la LCRW a este propósito
(“Documentos ocasionales”, “Systems Thinking Handbook” – Manuel de Sistemas de
Pensamiento-) no tienen suficiente base doctrinal. Estos materiales recomiendan
estrategias para el diálogo, por ejemplo, cuando las hermanas están en
desacuerdo sobre temas básicos de la fe Católica o práctica moral, pero no está
claro si este diálogo está dirigido a la acogida del magisterio de la Iglesia. Un buen ejemplo podría ser
el siguiente: el “Systems Thinking Handbook” presenta una situación en la cual
unas hermanas difieren sobre si la Eucaristía debe estar en el centro de una
celebración especial de una comunidad, ya que la celebración de la misa necesita
un sacerdote ordenado, algo que algunas hermanas consideran “censurable”. Según
el “Systems Thinking Handbook”, esta dificultad está enraizada en diferencias a
nivel de creencia, pero también en distintos modelos cognitivos (la “mentalidad occidental” opuesta a un “modelo
mental orgánico”). Estos modelos se ofrecen como instrumentos, en lugar del
magisterio de la Iglesia ,
para resolver la controversia de si celebrar o menos la misa. Por lo tanto, el
“Systems Thinking Handbook” presenta un modelo neutro de liderazgo de la
congregación que no presta la debida atención a la responsabilidad que las
superioras deben ejercer, a saber: guiar a las hermanas a una apreciación o
integración mayor de la verdad de la fe católica.
El Informe Final de la Visita Apostólica
de las Comunidades de Religiosas en los Estados Unidos (julio de 2011) observó
que los programas de formación en varias comunidades que pertenecen a la LCWR no tienen un contenido
doctrinal suficiente, sino que más bien están orientados hacia una formación
profesional que concierne distintas cuestiones de preocupación ministerial para
el Instituto. Según se informa, otros programas hacen hincapié en su propio
carisma e historia y/o la enseñanza social de la Iglesia o la justicia
social en general, prestando poca atención a la doctrina Católica básica, como
la que contiene el texto autorizado “Catecismo de la Iglesia Católica ”.
Aunque estos programas de formación no eran el objetivo directo de esta
evaluación doctrinal se debe concluir, sin embargo, que la confusión sobre la
autentica doctrina de la fe de la
Iglesia se ha reforzado, más que corregido, por la falta de
contenido doctrinal en los recursos proporcionados por la LCRW a las superioras y a los
formadores. La confusión doctrinal que ha debilitado una catequesis sólida a lo
largo de los años demuestra la necesidad de una formación doctrinal sólida,
tanto inicial como continua, para las religiosas y novicias, como también para
los sacerdotes y seminaristas, los ministerios laicales y la vida apostólica.
De este modo, podemos esperar que la secularizada cultura contemporánea, con su
impacto negativo en la verdadera identidad de los religiosos como cristianos y
miembros de la Iglesia ,
en su práctica religiosa y vida común, y
en su auténtica espiritualidad Cristiana, vida moral y práctica litúrgica,
pueda ser superada fácilmente.
2) El mandato para
implementar la evaluación doctrinal
En la ley universal
de la Iglesia
(Código de Derecho Canónico [CDC] para la Iglesia Latina ),
los Cánones 708 y 709 tratan del establecimiento y trabajo de las conferencias
de los superiores mayores:
Canon 708: "Los
Superiores mayores pueden asociarse provechosamente en conferencias o consejos,
para que, en unidad de esfuerzos, trabajen ya para conseguir más plenamente el
fin de cada instituto, quedando a salvo su autonomía, su carácter y espíritu
propio, ya para tratar los asuntos comunes, ya para establecer la conveniente
coordinación y cooperación con las Conferencias Episcopales, así como con cada
uno de los Obispos".
Canon 709: "Las
conferencias de Superiores mayores tengan sus propios estatutos aprobados por la Santa Sede , a la que
únicamente corresponde erigirlas como persona jurídica y bajo cuya suprema
autoridad permanecen".
A la luz de estos cánones, y en vista de las
conclusiones de la evaluación doctrinal, está claro que debe ponerse mayor
énfasis tanto en la relación de la
LCRW con la Conferencia Episcopal , como en la necesidad de
proporcionar una base doctrinal sólida en la fe de la Iglesia , como trabajo para
“conseguir más plenamente el fin de cada instituto.”
Por lo tanto, con el
fin de implementar un proceso de revisión y conformidad con las enseñanzas y
disciplina de la Iglesia ,
la Santa Sede ,
a través de la
Congregación para la Doctrina de la Fe , nombrará a un Arzobispo Delegado, asistido
por dos Obispos, para la revisión, guía y aprobación, según sea necesario, del
trabajo de la LCWR. El
Delegado informará a la CDF
que, a su vez, informará y se consultará con la Congregación para los
Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica y la Congregación para los
Obispos.
El mandato del
Delegado incluirá lo siguiente:
1) Revisar los
estatutos de la LCWR
para asegurar una mayor claridad sobre el objetivo de la misión y
responsabilidades de esta conferencia de superioras mayores. Los estatutos
revisados serán sometidos a la
Santa Sede para su aprobación por parte de la CIVCSVA.
2) Revisar los planes
y programas de la LCWR ,
incluyendo las asambleas generales y publicaciones, para asegurar que el
objetivo de la misión de la LCWR
se realice de acuerdo con las enseñanzas y disciplina de la Iglesia. En
particular:
– el “Systems
Thinking Handbook” debe ser retirado de la circulación en espera de su
revisión;
– los programas de la LCWR para (futuras)
superioras y formadores debe ser reformado;
– los oradores y
presentadores en programas importantes estarán sujetos a la aprobación del
Delegado.
3) Crear nuevos
programas de la LCWR
para las congregaciones miembros para el desarrollo de material de formación
inicial y continua, que proporcione una mayor comprensión de la doctrina de la
fe de la Iglesia.
4) Revisar y guiar en
la aplicación de las normas y textos litúrgicos. Por ejemplo:
– la Eucaristía y la Liturgia de las Horas
serán prioritarios en los eventos y programas de la LCWR.
5) Revisar los
vínculos de la LCRW
con organizaciones afiliadas, como p.ej., “Network” y “Resource Center for
Religious Life”.
El mandato del
Delegado tendrá una duración de hasta cinco años si se considera necesario.
Para asegurar el vínculo necesario con la USCCB (Conferencia de Obispos Católicos de los
Estados Unidos) en vista del Can. 708, la Conferencia Episcopal
deberá establecer un vínculo formal (p.ej., la creación de una comisión) con el
Delegado y los obispos asistentes. Para facilitar la realización de estos
objetivos, el Delegado está autorizado a formar un Equipo Asesor (clero,
religiosas y expertos) para que le ayuden en el trabajo de implementación.
Será tarea del
Arzobispo Delegado trabajar conjuntamente con los dirigentes de la LCWR para alcanzar los
objetivos trazados en este documento, e informar del progreso de este trabajo a
la Santa Sede.
Dichos informes serán revisados por el Delegado en los encuentros regulares
entre los dicasterios de la CDF
y la CIVCSVA. De
este modo, la Santa Sede
espera ofrecer una importante contribución al futuro de la vida religiosa en la Iglesia de los Estados
Unidos.
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